testimonio de Silvia Crochetti

El difícil manejo de las palabras y los sentimientos, hace que me resulte extraño poder precisar que significa migrar, inmigrar, emigrar…palabras, categorías, problemas sociológicos, políticos, historiográficos, nada y todo ello, es también mi propia historia, mi vida. Y centrar la mirada en uno es un camino difícil de indagar

Como tantos argentinos, crecí en un hogar con abuelos inmigrantes, vecinos, abuelos de los amigos. Palabras como calcio, salami, azzurra, fascista, al igual que Inter, Milan; formaban parte de mi universo. Las lenguas, las historias, se tejían en torno a mi mente de niña

Poco a poco percibí que mis abuelos eran italianos, y sus amigos también. Con ellos hablaba “mal”, introducía preposiciones inadecuadas, repetía con naturalidad algunas palabras, participaba de la extraña vida social de recordar fiestas patrias, héroes que no se enseñaban en la escuela.

Me sentía eufórica de mi país, la Argentina. Estaba convencida que era un lugar maravilloso y perfecto. El manual escolar estaba muy marcado en mí ¡

Los complejos caminos de mi tierra natal y de mi vida, hicieron que anclara, por un tiempo en Italia. Y ahora siento que en realidad no vengo de tan lejos. Soy de aquí,….de mi casa en La Pampa, de mi infancia. Tan lejano en el tiempo y en el espacio, pero tan cercano…si puedo reconocer palabras en la cocina, si discuto con el verdulero, si….fluyen a mi memoria tantas cosas.

Mil veces me pregunto ¿por qué? Seria simplista decir porque Roma es bella, las bibliotecas, la vida…es cierto. Pero sin duda realizo el sueño de mi abuelo materno: el quería vivir en una gran ciudad. Allá por los albores del fascismo, un joven campesino de le Marche y soñaba vivir en la ciudad capital o en el norte promisorio.

Me interpelo a mi misma ¿por qué no extraño? Podría simplificarse: actividades y medios de comunicación, en parte es válido. Pero y los aromas, los sabores, los lugares, la pasión por el Milan, las palabras en dialecto…? Los recuerdos del tío que se fue a la guerra…Es que tengo una historia en parte común con las italianas que suben al autobús, que puedo hablar de otros tiempos, y claro, opino de política, y con pasión peninsular digo: nosotros…¿Quiénes? Es simplemente que yo estuve aquí, me fui y volví.

Por ello disfruto y sufro Italia, porque me presenté “de vuelta”.

Explicar en términos históricos sería sencillo, estadísticas, políticas, crisis económicas y demás. Los recuerdos, las simples cosas, las sensaciones, la memoria, montan una urdimbre compleja, dinámica y perturbadora, que acompañan la intensidad de migrar.

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