testimonios historicos: Ana Rodríguez Bolaños, por Eduardo Montagut Contreras

'Después de que la raparan y le dieran aceite de ricino, la callaron para siempre'

Escrito por: Eduardo Montagut Contreras el 09 Dic 2010 - URL Permanente

Se llamaba Ana Rodríguez Bolaños. En la foto se la ve en la puerta de su casa en

Zalamea la Real, en la cuenca minera de Huelva, rodeada por su marido y sus

cinco hijos. Reina la República y ella aún es joven. Tiene una expresión tranquila

y su pelo largo recogido en un moño al aire. Hay que imaginársela, muy poco

después, en 1937, con la cabeza cubierta con un pañuelo para ocultar la infamia.

Durante la represión desatada en la retaguardia franquista, se la llevaron un día

de su casa para darle un escarmiento.

Como a miles de mujeres en España, le raparon el pelo y le hicieron tragar aceite

de ricino para que se le descompusiera el vientre. «'Toma, que te has cagado

delante de la gente'; lo que se trataba era de humillarlas». Sus nietos Juana

y Manuel Ramírez Domínguez cuentan que ese episodio traumatizó a su abuela y

marcó a la familia, que emigró a Sevilla, donde aún residen.

Su abuela Ana no pertenecía a ningún partido o sindicato de izquierdas, pero se

rebelaba en la vida cotidiana. Como cuando fue al colegio de sus hijas y le dijo a

la maestra «menos rezar y más darles de leer, que es lo que hace falta», o cuando

se negó a que su hija Encarna (madre de Juana y Manuel) trabajara de criada en la

casa de un «señorito» local y prefirió que se colocara con los ingenieros ingleses de

las Minas de Riotinto. Bastó ese «hacerle un feo» para «señalarse».

«Después de eso, la callaron para siempre. Se quedó traumatizada para toda su

vida», dice Juana. Ana sufrió depresiones hasta su muerte en 1979, con 85 u 86 años.


La noticia, y con vídeo, en:

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/12/06/andalucia_sevilla/1291657756.html

2 comentarios:

  1. Creo que es muy importante recuperar los nombres de las personas y las penalidades que han sufrido en sus vidas. Ana sufrió porque no se calló, no se amilanó, y por ello sufrió la violencia de los que tenían el poder, un poder adquirido a sangre y fuego.

    ResponderEliminar
  2. Estoy completamente de acuerdo. El respeto a la dignidad humana empieza por escuchar y aprender de lo que el pueblo vive y vivio. Los "heroismos" grandiosos entre ejercitos y estados disfrazan la historia, no la escriben.

    ResponderEliminar